Con
excepción de cuatro ligas nacionales -Nicaragua,
Bielorrusia, Burundi y Tayikistán(1) - la gran mayoría de Asociaciones de
Fútbol del mundo están mirando cómo se resolverá el calendario de competiciones
inconclusas por la crisis provocada por la Covid-19..
Se
hacen planificaciones, valoración de fechas. Se discute si estos partidos
hipotéticos serán con público o no; si mejor jugar en julio que en agosto; si
habrá o no conferencias post partidos. En los debates también tratan de tener
en cuenta la variable estacional entre las ligas del hemisferio sur y las del
norte y una gran suma de etcéteras. En realidad las previsiones, más que
ocuparse del deporte dentro de los estadios, parecen estar más cerca de
conectar con una nueva rama de explotación comercial de las Casas de Apuestas
(globales, y no sólo nacionales).
Es
normal que se piense en sueldos, contratos, compromisos publicitarios, en cómo
abrir un calendario para volver a la normalidad perdida. Todo lleva a intentar
poner en el papel, -que todo lo soporta, aún las propuestas más enfebrecidas-,
algo de certidumbre. Aunque la mayoría de noticias que vemos en estos días
terminan diciendo, palabras más o menos, que todo se reiniciará “cuando lo
indiquen las autoridades sanitarias”.
La
inercia de querer resolverlo todo ahora y ya, transmite la sensación de que se
está jugando contra un rival que ha planteado un partido muy cerrado e
imprevisible. Los espacios no abundan y la imagen que se percibe es que
quienes discuten están perdidos en un laberinto. Las recomendaciones futboleras
de siempre -así como las del tiki taka más reciente-, dicen que para superar
defensas cerradas es útil contar con creatividad; con tocar y mover la pelota
inteligentemente para que afloren esos los espacios tan necesarios para avanzar.
A su vez, Borges, representante literario argentino del antifutbol, afirmó que
la mejor manera de escapar de un laberinto era por arriba. Entonces, y por
diferentes vias llegamos a una conclusión básica: para salir adelante hay que
levantar la cabeza y mirar (cómo decia mi suegro, el Cholo, que no era Borges,
aunque le gustaba la literatura y entendía mucho de futbol).
La
esencia del fútbol post confinamiento, es continuar como el deporte
superprofesionalizado de la actualidad? De traspasos hipermega millonarios? De
los contratos por valores astrónomicos que han regido hasta acá? Es en eso en
lo que están pensando desde las dirigencias futbolísticas de todos sus niveles,
como respuesta a los nuevos tiempos que vendrán?
Pueden
hacerlo, sí. Pero también, pueden comenzar a plantearse nuevos paradigmas. Por
ejemplo, una vinculación más directa con los desafíos que tenemos por delante,
sabiendo del poder convocante que tiene el fútbol.
En
estos días, entre todas las hipótesis por el origen de la pandemia, está la que
apuntala su inicio en la sobreexplotación que hacemos del planeta y del medio
ambiente en general. Y pensando en el mundo, vemos que hay un grupo de
países conocidos como MegaDiversos(2) que son los que albergan el mayor índice de
biodiversidad de la Tierra. Son 17 países, que van desde EE.UU, China, pasando
por Venezuela, Brasil, Colombia, México, Sudáfrica, India y otros. Todos estos
países cuentan con ligas de fútbol que tienen muy diferente desarrollo; pero
sea cual sea el alcance que ha tenido este desarrollo, sí que cuentan con
estructuras de FIFA y de Asociaciones de Fútbol. Por qué no involucrarlos en
una primera convocatoria que asocie fútbol con naturaleza? La base pueden ser
campañas deportivas, e incluso torneos, donde lo deportivo coexista con lo
medioambiental. Así, los beneficios serían no sólo para los países
MegaDiversos, sino para el conjunto de los países del mundo. En síntesis, el
Planeta entero. Esto es lo mínimo que podría hacerse luego de este sacudón.
"Nuestra
prioridad inmediata es evitar la propagación de la COVID-19. A largo plazo, es
importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad", así se expresa Inger Andersen, Directora
Ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente y Secretaria General
Adjunta de la ONU(3). A partir de declaraciones como ésta, el
fútbol tiene las puertas abiertas para profundizar con un accionar más concreto
en pos de la mejora de la vida entera de la Tierra. Aunque sea otra temática,
ya no le es ajena la vinculación a campañas y acciones que van más allá del
deporte, como por ejemplo la lucha contra el racismo, la difusión del Mundial
de los Sin Techo o el Memorial de la UEFA en Comines-Warneton, que recuerda la
Navidad de 1914, cuando los soldados de dos trincheras enemigas dejaron de lado
sus uniformes para intercambiarse regalos, cantar juntos y jugar un partido de
fútbol(4). Ese hecho que también
inspiró a Paul Mc Cartney en la canción "Pipes of Peace", podría
servir de modelo.
Así
en este laberinto mundial en el que estamos, al fútbol también le ha llegado el
tiempo de asumir que es mucho más que un deporte. Y a cada uno de
nosotros, que no sólo nos jugamos un partido de noventa minutos.
Fotografia: NeiFo - Deutsch |
(2) https://www.biodiversidad.gob.mx/pais/quees.html
(3) https://www.unenvironment.org/es/covid-19-updates
(4) Ecos de la Gran Guerra. Victor Lloret Blackburn. National Geographic, Diciembre 2018,
(3) https://www.unenvironment.org/es/covid-19-updates
(4) Ecos de la Gran Guerra. Victor Lloret Blackburn. National Geographic, Diciembre 2018,