miércoles, abril 01, 2020

Buenos días, Buenas tardes, Buenas noches, y Buena suerte



Ésta sigue siendo una ciudad de Zombies sin zombies. Y parece apropiado que usemos como título una cita cinematográfica mutante. Un nombre que esté ubicado entre el Show de Truman de Jim Carrey y la película producida y protagonizada por George Clooney, que nos servirá para presentar esta segunda semana de “confinamiento agravado” en Barcelona. Todos y todo ha quedado casi absolutamente detenido. Las calles están transitadas por algunos pocos buses, taxis, camiones de carga y muy muy en menor medida por coches particulares. También las patrullas policiales siguen pasando,  pero ahora no necesitan recomendar cuánto tiempo deben quedarse las personas que pasean sus mascotas. Casi que no hay personas caminando, ni perros. Tampoco hay bicicletas. Hemos llegado al punto en que se ven más gaviotas que perros en el parque cercano a casa.Los hoteles, aquellos que aún no son centros medicalizados, tienen sus puertas y sus ventanas cerradas. Las entradas a los grandes e iluminados halls, en otro tiempo llenas de turistas, ahora están cubiertas por papeles que lo ocultan todo. Incluso a la turismofobia, muy en boga en la ciudad hasta no hace mucho.


No hay otro tema en los medios que el coronavirus, el confinamiento, los partes oficiales del gobierno, y algunas que otras pequeñísimas declaraciones de la oposición, los sindicatos, las cámaras empresariales. Hay pocas informaciones que lleguen de otros países europeos, sólo las que sirven para hacer comparaciones: se están haciendo las cosas bien? Las respuestas dependen de quién presenta los programas. Del resto del mundo nada, salvo algo mínimo de EEUU, y de China. Se habla de China en general, aunque sólo se hace referencia a lo que está pasando en Wuhan.

El fútbol, el deporte en general, ha pasado a un segundisimo plano. Sale algo de tanto en tanto. En estos días ha sido con la carta de Messi sobre la reducción del sueldo de la plantilla que muestra una vez más el conflicto entre los jugadores y la Junta Directiva. Si fuese una canción podríamos apostar y decir que tiene música de Leo Messi y letra de Gerard Piqué (Leyeron la carta? El final es “Visca el Barça, visca Catalunya”) Pero como no es una canción, el juego y la percepción aquí se quedan.

Parece que hace una eternidad. Pero no hace ni un mes que en el Camp Nou, una buena parte de las setenta mil personas que asistieron al partido contra la Real Sociedad, gritaban “Bartomeu dimissió”. Nosotros lo contamos acá. ¡Parece que fue en otra vida! Sin embargo, la carta de la que hablamos nos indica que no, que el conflicto sigue muy vigente. Hoy parece banal hablar de este tipo de cosas. Sin embargo, y por salud mental, mantener algo de banalidad ante lo que estamos pasando no viene nada mal. Sobre todo para cuando debamos empezar a transitar el camino incierto hacia una normalidad que será bastante diferente de la que conocimos. Vamos a tener que desearnos Buena Suerte...




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